Si vemos orugas en nuestras coles podemos tratarlas de dos maneras: las larvas se combaten ecológicamente con el Bacillus thuriengensis, si son mariposas podemos dejarlas pulular por nuestro huerto o atraparlas, bien con un cazamariposas o con las trampas de pegamento.
Bajo la inofensiva apariencia de ésta bella y simpática mariposa, que tanto nos alegra el espíritu con sus alegres revoloteos por nuestros huertos, se esconde el que quizás sea el mayor enemigo de nuestras coles: La oruga de la col.
Esta bella mariposa blanca, (Pieris brassicaees) muy común en nuestros campos y huertos y que ya desde el inicio de la primavera la vemos revoloteando, esconde una realidad bien distinta. En su afán por reproducirse, llena de puestas nuestras plantas y aunque prefiere las coles, no tiene inconveniente en colonizar otras plantas aunque sean silvestres.
Las puestas las suele realizar en el envés de las hojas, aunque no siempre y suelen ser bastante numerosas, entre 50 y 100 huevos. Un buen método para eliminarlas es según las vamos localizando chafarlas con los dedos, eso si, mejor usar guantes. Esta operación nos puede ahorrar algún tratamiento.
Al cabo de unos pocos días eclosionan los huevos y nada mas nacer comienzan a comer, manteniéndose adheridas a la planta con una especie de tela de araña que ellas mismas generan. Hacen dos mudas y a los 10 o 12 días las orugas ya son adultas. El macho se diferencia de la hembra en que es mas grande y tiene unos puntos negros en las alas.
Durante ese período, si no tratamos, nos dejarán la planta prácticamente desfoliada ya que son extraordinariamente voraces.
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